02 septiembre, 2011

Crónicas de una sala de cine en Venezuela.

Cada individuo lleva consigo una lista interna y permanente de las cosas que más le molesta en la vida. No es que yo sea misántropo (creo), pero existe una lista considerable de las actitudes que más me repugna ver en otras personas. En primer lugar detesto la imprudencia; me cuesta tolerar el hecho de que alguien no sepa comportarse en cierto momentos en los cuales se solicita madurez. De igual forma, no soporto a alguien que hable muy fuerte; ni los gritos, ni los ruidos fuertes. Tanto así que, quienes me conocen bien, saben que no deben tirar la puerta o tocarla demasiado fuerte o mis nervios se pondrán de punta, mi piel se pigmentará de verde y los mataré cruelmente.

Existe una forma en la que muchas de las pequeñas manías que me desagradan de una persona se unan y creen una....(pum pum pum, suenan los redoblantes de suspenso)...SÚPER MANÍA DETESTABLE. Dicha súper manía vendría siendo la actitud de la mayoría de los venezolanos dentro de una sala de cine.

Para mí, la sala de cine representa un verdadero santuario. Es un espacio tan sagrado y que significa tantas cosas importantes. Nada como sentarse con amigos y seres queridos con los que quieres estar y disfrutar de la excelencia de ver una película; asimilarla, criticarla, analizarla, etcétera.

Definitivamente el verdadero nivel de educación de una persona se demuestra en la mesa, en las calles (ya sea conduciendo o como peatón) y en la sala de cine. Lamentablemente muchos ciudadanos de este espacio territorial actúan terriblemente en todos estos ámbitos.

No se imaginan la ira que me causa que algún idiota interrumpa mi concentración en una película. Tengo una clasificación personal para ese tipo de personas:

-EL INSOPORTABLE DE LA COMIDA: Es aquel individuo que sabe cómo encabronar a los presentes de la sala, con sus mañas al comer. Puede interrumpir tu concentración masticando papas y/o Doritos, con la boca abierta para que se escuche mucho y todo su potencial se exprime cuando mueve repetidamente la bolsa de manera que el sonido haga que las bolas se te pongan rojas de la ira. Este tipo de personas vienen representados por hombres de mediana edad, de contextura obesa y se caracterizan por asistir sin compañía; obvio, ¿quién querría estar con un desgraciado tan insoportable?

-EL PATÉTICO COMEDIANTE: Generalmente, son aquellos pubertos en etapa escolar. Típicos niñatos inseguros que tratan de captar la atención de las jovencitas que los acompañan. Se la pasan haciendo monerías durante la función y creyendo que son parte del elenco de una novela juvenil. Ellos creen que son "rebeldes" y que realmente se están luciendo. Creo que mi primer homicidio calificado será contra un menor de esa calaña.

-EL DEPENDIENTE AL CELULAR: Sí, ese que recibe llamadas y twittea todo el tiempo sobre lo que sucede en la película, haciendo que el brillo te moleste y haga que tu sangre se vuelva ácido. Los peores suelen tomarle fotos a la pantalla porque no saben que pueden googlear desde el teléfono y usar capture it.


-EL SPOILER COMENTARISTA: Típico pendejo que ya vió la película anteriormente y cree que es muy inteligente porque logró entender la trama y jura que los demás no lo harán. Sus frases insignes son: "Ponle cuidado a esta parte que si no lo haces, no vas a entender el final"

¿QUÉ LE OCURRE A LA GENTE ASÍ?

¿ACASO NO SABEN QUE EL 98% DE LO QUE LLEGA A LAS CARTELERAS SON FILMS PARA SER ENTENDIDOS POR CUALQUIER INDIVIDUO QUE ASISTA A LA FUNCIÓN?

¿DE VERDAD CREEN QUE SON UNOS GENIOS AL ENTENDER LA TRAMA DE LAS PELÍCULAS DE LEONARDO DICARPIO? PLEASE, BITCH.

También abundan los especímenes ultramutados que pueden hacer todas estas cosas a la vez. Unas verdaderas eminencias.

No entiendo por qué en los cines de todo el país no integran audífonos personales en las butacas. Si ya la gente es capaz de pagar un dineral por una película en 3D, dudo que las personas como yo se rehúsen a sacarse un ojo de la cara para evitar dañar la experiencia de ver una película por ciudadanos tan inoportunos como los mencionados anteriormente.

Es interesante ver lo fácil que es percibir el comportamiento del venezolano promedio. Les encanta tirar basura a la calle, les encanta romper reglas y les encanta la corrupción y molestar a otros...pero todo los días repetirán que "el país está como está" por culpa de los otros, ya que ellos hacen todo bien.

Nada como respetar los límites ajenos y crear una atmósfera agradable. Invito a cualquiera que lea esto a reflexionar y a entender que los espacios públicos son para convivir y no para demostrar "cuán avispaos" somos.

Hasta la próxima.

1 comentario:

Unknown dijo...

No solo en Barquisimeto sino en todo el mundo, yo no voy mucho al cine, pero cuando lo hago me gusta disfrutar la experiencia y es desagradable que los especímenes que mencionas te la arruinen