30 diciembre, 2013

Dos mil trece.

No quería cerrar el año sin hacer algo por acá. Descuido demasiado este sitio y debería tenerle más aprecio ya que, de hecho, me encanta escribir.

Año dos mil trece: ajjjj (suspiro grande), ¡qué año más interesante!

No quiero exagerar y parecer cursi/intenso pero creo que hasta el momento este ha sido el año más significativo de mi vida. Nunca había experimentado tantas circunstancias en un periodo de tiempo tan corto. Este se me hizo infinito y a la vez fugaz (y ya empiezo a sonar como una canción de Arjona, Zzzz).

En fin, me gustaría desglosar un poco lo que dejó este año en mi vida.

ENERO; Desintoxicación:  Lo admito, este mes lo inicié agotado, exhausto y bastante confundido. Estaba exageradamente sensible como para no sentirme o muy bien o muy mal con todo lo que ocurría a mi alrededor, no había puntos medios. Podía reír como un desquiciado con el chiste del pollito que levantó una pata o podía llorar como una niña menstruando al ver la foto de un perrito abandonado, fui un ser insoportable. Fue el primer año de mi vida en el que mi única resolución constaba en "tratar de no caer tanto" y con ello experimenté una especie de epifanía y me dio por deshacerme de todo (al menos por un rato).

Sólo quería descansar y "recargar baterías" (sí, dormir como si la harina de mis arepas estuviese hecha a base de valium molido). Quería limpiar el desorden que llevaba por dentro (tengo un fetiche con la idea de limpiarlo todo) y no encontré otra forma de limpiar mas que vivir de la manera más simple y básica posible. Me deshice de mi celular, de Twitter, de Facebook, de Whatsapp o de cualquier cosa que me vinculara con cosas que, en ese momento, me hacían sentir terriblemente ilógico. Fueron, aproximadamente 5 o 6 semanas de simplemente leer, organizarme, descansar, escribir, pasar tiempo con mi familia y así, como todo un viejito de 70 años; sin fumar, sin beber, sin salir demasiado...simplemente viviendo en una onda de sencillez que, de hecho, me pareció fenomenal.  Fue un buen mes aunque confieso que hubo momentos en los que me sentía como un adicto al crack en rehabilitación; como si me picara el cuerpo, como si por momentos quisiera salir y hacer mil cosas impulsivas a la vez, por lo que a cada rato tenía que darme 80 cachetadas y decirme: "contrólate, marico triste"

Deshacerte por tiempo indefinido de todo de lo que dependes te hace fortalecer mucho el carácter, todos deberían practicarlo alguna vez con cualquier cosa a la que se sientan aferrados: celular, redes sociales, fumar, etcétera.

Me gustó ese enero, como para empezar a auto educarme, fue como haber emepezado a enseñar a Hulk (poco a poco, paso a paso) a no destruir toda la ciudad cada vez que se golpea el meñique con la pata de la cama. Identifiqué patrones que antes no había notado. Por ejemplo: sé cuántos minutos tardo en tener un momento de ira y sé qué cosas debo evitar para no gritarle a cualquier inocente que se tope con mi mal humor que se vaya al coñísimo de su madre y que lo/la odio por haber nacido. 

FEBRERO; mientras más simple, más bonito todo:  Fue el mes de siempre querer entretenerme hablando de cualquier estupidez. Recuerdo que casi todos los días de ese mes eran para tomar un café, ir por un helado o hacer cualquier cosa que implicara hablar de cualquier cantidad de estupideces. Fue un mes de disfrutar de una gran amistad, fue un mes de conocer a personas geniales que siempre tienen algo qué decir, fue un mes de intentar no estar tan triste. Febrero fue el mes de disfrutar mucho a base de cosas sencillas: como por ejemplo partir una patilla en dos y rellenarla de vodka y beberla con amigos en medio de un jardín y hacer un poco el ridículo frente varias personas. Me encantó mi CD de Bruno Mars, casi me desmayo con mi copia original de los cuentos de Beedle el bardo, regalos realmente significativos.

MARZO Y ABRIL; el + buddha: La espiritualidad, un término totalmente ajeno a la religión. Estos dos meses fueron, enteramente, de introspección. Pude derribar mis propios tabúes al comprobar que la espiritualidad va más allá del culto a una entidad, no se trata de esoterismo o de misticismos extraños. No está precisamente ligado a mudarte a la montaña más alta con el cabello rapado y meditar por horas. La espiritualidad, hablando objetivamente, es la conexión y comprensión total de la propia psicología. Muchas veces se me hicieron medio oníricas y subjetivas esas charlas sobre la sinergia del universo y las energías que van de aquí para allá, fue así hasta que pude ver ciertas cosas desde otra perspectiva. Pero como he dicho antes, uno tiene que derribar sus propias limitaciones. Marzo y Abril fueron de extremo conocimiento interno, a partir de esta época me volví un catador de sentimientos y emociones; un indentificador automático de cosas que influyen positiva o negativamente sobre mi. Siempre había sido pésimo para intuir cosas en mi entorno (no hablo de lo paranormal, hablo de lo cotidiano. Nunca me di cuenta de si, por ejemplo, alguien me odiaba a escondidas, jajaja), nunca fui de los que captaba indirectas o sabía leer entre líneas...supongo que todo aquello se debía a que solía preferir el pragmatismo; lo obvio, lo verificable. Pero resulta que las cosas son más complejas de lo que parecen y hace falta mucho tiempo de reflexión para comprender el por qué de nuestros porque. 

Y no, no me volví un monje en el Tibet; simplemente me atreví a enfrentarme cara a cara con todo lo que hay en la palestra de mi vida. Admito que aquí me dolió percatarme de todas las cagadas que consciente o inconscientemente cometí a lo largo de mi vida pero ha sido sumamente liberador llegar a un punto en el que  comprendes DE VERDAD que ya no tiene sentido darte con un cuchillo en el pecho por cosas que ya pasaron y que pueden quedar perfectamente atrás. Pero sí, definitivamente debes aprender limpiar tu propia mierda para luego poder juzgar la mierda de los demás y créeme que, una vez enfrentados todos tus fantasmas, ya no quedará motivo ni razón para culpar a nadie más por las cosas malas que te han podido ocurrir. Cerrar los ojos (sin dormirte) durante algunos minutos, tratando de no pensar en nada es algo verdaderamente bueno (claro, si lo haces las suficientes veces como para que entiendas el por qué)...inténtalo.

MAYO, JUNIO; duermes en el sur, despiertas en el norte: De la nada y sin mucha anticipación me desperté un día percatándome de que ya vivía solo, que había cumplido 22 años de edad y de que dentro de un año estaría graduado de la universidad. Fueron meses de mera transición a muchas circunstancias divertidas, nutritivas e interesantes. Viajé, reí, hice el ridículo hasta más no poder, conocí, grité, salté...todo un cúmulo de cosas que me demostraron que no se puede postergar la acción de disfrutar de todo lo que ocurre justo ahora. Fue una época vital para comprender que la libertad es más compleja de lo que parece. Libertad no es rebelión, libertad no es hacer y deshacer como si el mundo te perteneciera...libertad es asumir tus propias acciones. Libertad es hacer lo que crees que debes hacer aún cuando hay un batallón de gente atrás que dice que está mal hacerlo. Libertad es ser valiente, más no es ser despreocupado o indiferente. Si la gente comprendiera lo que realmente es la libertad, entenderían cuán esclavos son de sus propias circunstancias.

JULIO, AGOSTO, SEPTIEMBRE; la gente: Esos meses fueron de interactuar hasta más no poder.  De ir a fiestas bizarras pero divertidas al fin, de toparme con gente rara en el sentido "bien" y rara en el sentido de "ew, aléjate, wey". Fue una época de relacionarme, de una u otra forma, con personas tan múltiples como las huellas digitales. Cada persona tiene una historia sumamente interesante qué contar. Aquellos meses fueron de disfrutar de los amigos y de consolidar verdaderas alianzas. Hice de una amistad, una hermandad. Qué genial y qué grande es formar vínculos donde la comprensión, la solidaridad, la aceptación y el compromiso forma parte del menú. Fue una época de aclarar muchos de los verdaderos propósitos en mi vida, fue una época clave para proponerme metas y aclarar muchos puntos importantes. Y sé que suena a horóscopo del Arquitecto de Sueños pero estos meses fueron para empezar a materializar muchos sueños. Fueron meses de caer, levantarme, caerme de nuevo y levantarme otra vez. De verdad, uno tiene que ser terco con eso de levantarse sin importar qué, es imprescindible si se quiere llegar a un lugar. Y sí, es muy tedioso lidiar con el sentimiento de una caída, de un fracaso, de un "hice tanto para nada", pero es que por cada escalón que se baja, se suben tres...y así.

OCTUBRE, NOVIEMBRE, DICIEMBRE; qué fortuna la mía: Independientemente de lo escaso de mi actual relato, este año sucedieron mil cosas que me hicieron crecer a niveles gigantescos. Soy un tipo verdaderamente afortunado. Mis padres y mis hermanos me aman de una forma que no podría explicar en simples párrafos y yo agradezco contar con ellos cada día de mi vida. Mi abuela, mis primos, mis tíos...todos forman parte de mi grupo "cool", ellos son como mi aquelarre (American Horror Story, sal de aquí), ellos son como ese grupo de gente chévere al que quieres pertenecer y, de hecho, perteneces (en este caso mi abuela sería la abeja reina, ella es tan genial que duele no ser así). Este año, como en ningún otro, me encantó estar con ellos porque muchas veces realmente los disfruto más que estar de rumba con mis amigos.

Este fue un año de romper barreras, de aceptar muchas cosas; de no pelearme más conmigo mismo, de comprender a otros, de ponerme en los zapatos de las personas más conflictivas con las que me he relacionado. Fue un año de perdón, de saber llorar, de saber estar triste y de saber ser feliz.

Entre las muchas conclusiones de mi 2013, les dejo estas:

-Cree en Dios, en el universo, en la energía, ¡en lo que quieras!, pero cree.

-Sin dolor no hay madurez, hay que saber disfrutarlo (sí, disfrutarlo). Triste se está, feliz se es.

-Mucha gente le teme a sus propios pensamientos, a asumir su realidad; a mi también me pasó pero luego de un esfuerzo, comprendes que es necesario asumir tu "hoy" para que todo se vuelva placentero y se aprenda a ser feliz de verdad, no genéricamente.

-El amor (de pareja, en este caso) es bonito y único, es respetable y necesario...por eso no puedes pretender conseguirlo en cualquier lugar, como si de una chuchería se tratara. No puedes pretender que otros amen lo que tú mismo(a) no amas de ti. Date un chance, ¿si va?

-Tenemos el derecho a elegir la libertad, pero recuerda que eso implica salir de la zona de confort y asumir todas las consecuencias. La libertad plena es (a mi parecer) la referencia más alta de lo que es vivir con verdadero propósito. La libertad es mental, no existe otra y obtenerla implica compromiso y uno que otro golpe, no te voy a mentir.

-Si la vida te dio una buena familia, atesórala como el patrimonio más importante que se te ha dado en esta vida, agradécele a esas personas lo que significan para ti; ámalas, acéptalas, conócelas, vincúlate más con ellos. Si por cuestiones de la vida, la familia en la que naciste está llena de gente que sólo te hace daño y que no sabe el valor del amar incondicionalmente, entonces no mires hacia atrás y sin remordimientos procura crear tu propia familia (conformada por amigos, por tu pareja, por tus futuro hijos, etcétera), una que esté llena de verdadera bondad y trabajo en equipo.

-Sabrás qué tan verdadera es una amistad cuando llegue el momento de tener diferencias; es allí donde se hace cuantificable el valor del vínculo que tienes con alguien, es allí cuando sabes qué tan buenos amigos son los que están a tu alrededor o qué tan buen amigo eres tú (porque uno también la caga burda). La mayor parte de las veces comprenderás que compinches del alma hay muchos pero que la amistad es un compromiso más grande que reír y joder. Y así como recibes, debes saber dar (y viceversa). Amistad es un vínculo tan importante como la familia o el noviazgo.

-Eres una vaina demasiado genial y chévere en esta vida, pero tienes que creértelo para que así sea.

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¡LES DESEO UN FELIZ 2014! pero feliz de verdad-verdad, pues.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Inspirador.
Siempre me ha gustado leerte, la manera en la que narras las cosas que te gustan y cuánto las disfrutas. Y coincido contigo, este fue un año para crecer, madurar y aprender a realmente disfrutar de lo simple.
Feliz año para ti también, barquisimetano <3.

Anónimo dijo...

Conocer, equivorcarse, aprender y practicarlo. En eso se baso tu 2013 y eso me hace sentirme orgullosa de ti, espero que esto no solo sea una nota y sigas así. Besos.