Aquí me encuentro, limpiando el polvo de este blog que inicié hace más de un año y que solamente comprende de una publicación (más ésta), pero ¿por qué no continuar lo que ya había comenzado?
Desde hace ya varios días tenía redactada esta “carta”. Se me había ocurrido la idea de publicarla el día de hoy 15 de Julio del año 2.011 a las 12am ya que imaginé que sería algo “único” pero en realidad muchas, muchas personas tenían en mente la misma idea que yo; cosa que, increíblemente, no me molesta en lo absoluto.
Como algunos saben, soy un fiel seguidor de la saga de “Harry Potter”, novela de temática infantil (paulatinamente adaptada a un público mayor), escrita por J.K Rowling, una mujer inglesa que en medio de una gran crisis financiera (pelando bolas, la pobrecita), decidió dar forma a una historia que llegó repentinamente a su cabeza una tarde mientras se transportaba en un tren y cuya idea trajo como consecuencia el éxito literario más grande de todos los tiempos, convirtiéndose ella en la primera persona en volverse multimillonaria gracias al oficio solo de la escritura.
Siempre estuve consciente de que, por estas fechas, habría un lógico “boom” a raíz del estreno de la última entrega de la saga de Harry Potter. En todo momento supe que surgirían fanáticos genéricos y a la vez “haters” (muchas veces comprensiblemente justificados), ya que les fastidia tanta emoción por una historia que nunca les llamó la atención y que incluso les parece absurda.
Nunca me he considerado “fanático” de nada, aunque confieso que muchas veces he usado el término “fan”. Creo que el fanatismo siempre será el antecedente al radicalismo irracional y, a la vez, un elemento que cierra mentes, volviéndolas peligrosamente somatizadas por un tema en específico (AUNQUE USTED NO LO CREA no estoy hablando del chavismo porque, afortunadamente, ese tema no tiene relevancia en esta entrada).
Si alguno de mis seguidores en Twitter está leyendo esto, tal vez piense: “Pero, por Dios, ¿cómo se le ocurre decir que no es un fanático cuando este idiota no habla de otra cosa más que de Harry Potter?”, y bueno, supongo que dicho razonamiento estaría debidamente justificado. Sin embargo, prefiero autodenominarme “seguidor de los libros de J.K Rowling (Jo)”.
Para mí, Harry Potter ha significado una conexión inmediata y agradable con una infancia llena de mucha felicidad, así como uno de mis primeros contactos directos con la literatura. Muchas personas tienden a pensar que un seguidor de Harry Potter se dedica a glorificar y a creer que no existe nada mejor que eso, cosa que la mayoría de las veces no es así (sí, tengo una vida a parte de la de ser admirador de las historias).
El día de hoy se estrena la última adaptación cinematográfica del trabajo más exitoso de Rowling (dudo muchísimo que logre por segunda vez esta hazaña mundial, aunque nada es imposible), y para millones de personas, significa el cierre de una faceta que significó TANTO es sus vidas.
Para los seguidores más veteranos, el verdadero final sucedió el 21 de Julio del año 2.007, día en el que el séptimo y último libro inició su masiva venta (la más grande de la historia, hasta el momento), dicho libro revelaría el final de todo. Recuerdo que solo dos horas después de haber iniciado la venta de los ejemplares, circulaban por internet los spoilers de TODO lo que el libro abarcaba (y yo por supuesto leyendo como un compulsivo cada cosa referente al tema).
También recuerdo que en mi antiguo colegio (religioso, by the way), siempre nos decían que Harry Potter ocultaba un mensaje satánico, ya que incentivaba al infante a conectarse inddirectamente con prácticas del ocultismo. “Mámenme el escroto” era lo que siempre pensaba cuando salían con tremendas sandeces. ¿Qué pretenden?, ¿Que un niño de 8 años lea Shakespeare y se sienta cautivado por la literatura?, ¿o ponerlo a estudiar cátedra bolivariana para que agudice su sentido de la creatividad?
Desde hace ya varios días tenía redactada esta “carta”. Se me había ocurrido la idea de publicarla el día de hoy 15 de Julio del año 2.011 a las 12am ya que imaginé que sería algo “único” pero en realidad muchas, muchas personas tenían en mente la misma idea que yo; cosa que, increíblemente, no me molesta en lo absoluto.
Como algunos saben, soy un fiel seguidor de la saga de “Harry Potter”, novela de temática infantil (paulatinamente adaptada a un público mayor), escrita por J.K Rowling, una mujer inglesa que en medio de una gran crisis financiera (pelando bolas, la pobrecita), decidió dar forma a una historia que llegó repentinamente a su cabeza una tarde mientras se transportaba en un tren y cuya idea trajo como consecuencia el éxito literario más grande de todos los tiempos, convirtiéndose ella en la primera persona en volverse multimillonaria gracias al oficio solo de la escritura.
Siempre estuve consciente de que, por estas fechas, habría un lógico “boom” a raíz del estreno de la última entrega de la saga de Harry Potter. En todo momento supe que surgirían fanáticos genéricos y a la vez “haters” (muchas veces comprensiblemente justificados), ya que les fastidia tanta emoción por una historia que nunca les llamó la atención y que incluso les parece absurda.
Nunca me he considerado “fanático” de nada, aunque confieso que muchas veces he usado el término “fan”. Creo que el fanatismo siempre será el antecedente al radicalismo irracional y, a la vez, un elemento que cierra mentes, volviéndolas peligrosamente somatizadas por un tema en específico (AUNQUE USTED NO LO CREA no estoy hablando del chavismo porque, afortunadamente, ese tema no tiene relevancia en esta entrada).
Si alguno de mis seguidores en Twitter está leyendo esto, tal vez piense: “Pero, por Dios, ¿cómo se le ocurre decir que no es un fanático cuando este idiota no habla de otra cosa más que de Harry Potter?”, y bueno, supongo que dicho razonamiento estaría debidamente justificado. Sin embargo, prefiero autodenominarme “seguidor de los libros de J.K Rowling (Jo)”.
Para mí, Harry Potter ha significado una conexión inmediata y agradable con una infancia llena de mucha felicidad, así como uno de mis primeros contactos directos con la literatura. Muchas personas tienden a pensar que un seguidor de Harry Potter se dedica a glorificar y a creer que no existe nada mejor que eso, cosa que la mayoría de las veces no es así (sí, tengo una vida a parte de la de ser admirador de las historias).
El día de hoy se estrena la última adaptación cinematográfica del trabajo más exitoso de Rowling (dudo muchísimo que logre por segunda vez esta hazaña mundial, aunque nada es imposible), y para millones de personas, significa el cierre de una faceta que significó TANTO es sus vidas.
Para los seguidores más veteranos, el verdadero final sucedió el 21 de Julio del año 2.007, día en el que el séptimo y último libro inició su masiva venta (la más grande de la historia, hasta el momento), dicho libro revelaría el final de todo. Recuerdo que solo dos horas después de haber iniciado la venta de los ejemplares, circulaban por internet los spoilers de TODO lo que el libro abarcaba (y yo por supuesto leyendo como un compulsivo cada cosa referente al tema).
También recuerdo que en mi antiguo colegio (religioso, by the way), siempre nos decían que Harry Potter ocultaba un mensaje satánico, ya que incentivaba al infante a conectarse inddirectamente con prácticas del ocultismo. “Mámenme el escroto” era lo que siempre pensaba cuando salían con tremendas sandeces. ¿Qué pretenden?, ¿Que un niño de 8 años lea Shakespeare y se sienta cautivado por la literatura?, ¿o ponerlo a estudiar cátedra bolivariana para que agudice su sentido de la creatividad?
Si tienen hermanos/primos/hijos pequeños, invítenlo a leer un libro infantil, sin importar los rumores viciosos que puedan existir al respecto. Créanme que eso será una herramienta enormemente valiosa para dicho niño, y logrará mucho más de lo que un dinosaurio morado y afeminado pueda hacer con la conducta del menor.
Muchas personas consideran que mi afición a Harry Potter es de “gallo”, pero, sin ofender, prefiero mil veces ser un gallo atraído por novelas infantiles que fomentan valores básicos y muy entretenidas, que adjudicar mi interés a un reality show que consta de gente anaranjada que limita su vida a embriagarse y a perder cada vez más una dignidad que, al parecer, nunca tuvieron.
Vale destacar que, independientemente del alcance de Harry Potter, no considero que Rowling sea la mejor escritora de todos los tiempos y mucho menos que no existan libros mejores que los de Harry Potter pero como ya mencioné, esta historia logró despertar mi un interés irrevocable en la lectura y me hizo entender que leyendo, las fibras de nuestros sentidos se agudizan millones de veces más de lo que se agudizarían con imágenes, música o tacto, ya que, en mi muy personal opinión, un texto pulcramente redactado puede lograr en la persona la activación de miles de sentidos…a la vez.
En fin, quiero aprovechar este espacio para agradecer a Jo (J.K Rowling). Obviamente mis palabras nunca llegarán directamente a ella, pero pienso que el verdadero agradecimiento es el que se siente de corazón, así las palabras del agradecido, no lleguen al conocimiento de la persona a quien se agradece.
Gracias Jo, por escribir un libro que llegó a mis manos por absoluta casualidad en épocas de infancia y que dio inicio a mi interés por la lectura como hábito infinito.
Gracias Jo, por empujarme indirectamente a tomar un libro de C.S. Lewis, Anne Rice, Gabriel García Márquez, Horacio Quiroga, Julio Verne, Ítalo Calvino, Allan Poe, Oscar Wilde y muchos otros grandes escritores que lograron sumergirme en sus historias y despertaron mucha de mi creatividad.
Gracias Jo, por incentivarme a cultivar mi interés por las cosas objetivas y así evitar caer en superficialidades absurdas.
Gracias Jo, por sembrar ganas de superarme intelectualmente. Si de niño no me hubiese topado con un libro de Harry Potter, en este momento tal vez estaría viendo un especial del top 10 de Tito EL Bambino (?); sin la más mínima idea de lo que significa el desarrollo humano integral.
Gracias Jo, por hacer que disfrute, sin pena, el beneficio de ser siempre un niño. Las luncheras de kínder, los juguetes de primaria, y los uniformes de secundaria quedaron atrás hace algunos años, pero gracias Jo, porque en tiempos de estrés; cuando la vida de adulto asfixia, Hogwarts siempre será ese perfecto escape que nos conecta directamente con nuestra infancia, esa que ya no es palpable, que sólo vive en el recuerdo y que nos permite imaginar que la solución se consigue haciendo un simple "reducto" a los problemas y un "accio" al optimismo.
Gracias Jo, por hacerme parte de una generación que siempre estará marcada por tu creación y que en 30 años, cuando hagan un re-make de las películas, podré decir: “Yo crecí con esas historias y siempre las seguí apasionadamente”
Actualmente, la tendencia “cool” se enfoca en los nerd, resulta que son los estudiosos los que, al final, se las llevan a todas a la cama, tomando muy en cuenta que eso no siempre fue así…de manera que GRACIAS, JO, POR AYUDARME A SIEMPRE HABER ESTADO ORGULLOSO DE SER UN FREAKING NERD.
Con las historias de Harry Potter conocí a gente increíble, incluyendo a los que siempre me dijeron “Por Dios, Will, qué tonto eres con eso de Harry Potter” y que gracias a eso son ahora mis mejores amigos.
Para finalizar, puntualizo ese par de cosas que un aficionado a HP siempre deseará con fervor así pasen décadas:
1) Siempre esperaremos que una lechuza llegue a nuestra ventana para avisarnos que fuimos admitidos a la conocida escuela de Magia y Hechicería y que las clases inician el 1 de Septimebre.
2) Cualquiera de nuestros 7 libros, siempre ansiarán tener en sus páginas la valiosa firma de Jo, incluso un escupitajo de ella (en los libros) sería un honor.
¡ESPERO QUE DISFRUTEN LA ÚLTIMA ENTREGA CINEMATOGRÁFICA Y FINALMENTE, ALCEMOS LAS CERVEZAS DE MANTEQUILLA Y BRINDEMOS EN NOMBRE DE JO Y DE HOGWARTS!
Travesura realizada.
Gracias Jo, por sembrar ganas de superarme intelectualmente. Si de niño no me hubiese topado con un libro de Harry Potter, en este momento tal vez estaría viendo un especial del top 10 de Tito EL Bambino (?); sin la más mínima idea de lo que significa el desarrollo humano integral.
Gracias Jo, por hacer que disfrute, sin pena, el beneficio de ser siempre un niño. Las luncheras de kínder, los juguetes de primaria, y los uniformes de secundaria quedaron atrás hace algunos años, pero gracias Jo, porque en tiempos de estrés; cuando la vida de adulto asfixia, Hogwarts siempre será ese perfecto escape que nos conecta directamente con nuestra infancia, esa que ya no es palpable, que sólo vive en el recuerdo y que nos permite imaginar que la solución se consigue haciendo un simple "reducto" a los problemas y un "accio" al optimismo.
Gracias Jo, por hacerme parte de una generación que siempre estará marcada por tu creación y que en 30 años, cuando hagan un re-make de las películas, podré decir: “Yo crecí con esas historias y siempre las seguí apasionadamente”
Actualmente, la tendencia “cool” se enfoca en los nerd, resulta que son los estudiosos los que, al final, se las llevan a todas a la cama, tomando muy en cuenta que eso no siempre fue así…de manera que GRACIAS, JO, POR AYUDARME A SIEMPRE HABER ESTADO ORGULLOSO DE SER UN FREAKING NERD.
Con las historias de Harry Potter conocí a gente increíble, incluyendo a los que siempre me dijeron “Por Dios, Will, qué tonto eres con eso de Harry Potter” y que gracias a eso son ahora mis mejores amigos.
Para finalizar, puntualizo ese par de cosas que un aficionado a HP siempre deseará con fervor así pasen décadas:
1) Siempre esperaremos que una lechuza llegue a nuestra ventana para avisarnos que fuimos admitidos a la conocida escuela de Magia y Hechicería y que las clases inician el 1 de Septimebre.
2) Cualquiera de nuestros 7 libros, siempre ansiarán tener en sus páginas la valiosa firma de Jo, incluso un escupitajo de ella (en los libros) sería un honor.
¡ESPERO QUE DISFRUTEN LA ÚLTIMA ENTREGA CINEMATOGRÁFICA Y FINALMENTE, ALCEMOS LAS CERVEZAS DE MANTEQUILLA Y BRINDEMOS EN NOMBRE DE JO Y DE HOGWARTS!
Travesura realizada.
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